martes, 23 de noviembre de 2010

Don emilio y Doña Vicky

Don Emilio y doña Vicky
¿Quién llegara primero a la puerta?, Doña Vicky o Don Emilio, Es una verdadera carnicería esta carrera. Los dos se aproximan a la máxima velocidad que les permite sus añejos cuerpos. No puede ser, se trata de un empate, con la repetición podemos ver como los dos tocan a la puerta al mismo tiempo.
Vicky: Buenas tardes caballero.
Emilio: Buenas tardes señora.
Vicky: ¿Busca a Raulito?
Emilio: No señora, vengo a visitar a mi hijo.
Vicky: Entonces, lamento decirle que en este departamento vive mi hijo.
Emilio: No lo creo señora, mire esta es la dirección.
Vicky: Tiene razón, esta es.
Emilio: Tal vez usted se equivoco señora.
Vicky: No lo creo, mire usted.
Emilio: Pues sí, esta es la dirección.
Vicky: Tendremos ver quien abre para salir de la duda.
Emilio: Tal vez no esté en casa.
Vicky: Estará dormido, siempre acostumbro dormir un rato por las tardes, lo saco de su padre.
Emilio: El mío no saco nada de mí.
Vicky: Que se le va hacer.
Emilio: Tengo cinco años que no lo veo.
Vicky: Yo diez.
La puerta se abre, un hombre los ve y ellos a él.

La espera

la espera
Perla da de comer a las palomas mientras su mirada divaga entre cada pasante que parece acercarse a ella. Lo busca pero no lo encuentra, tal vez ni siquiera lo conoce. No está segura de su aroma ¿huele mal? Por si acaso mejor se perfuma. No te desesperes, mejor sigue dando de comer a las palomas. Alguien está a su lado. Ella quisiera decirle algo, pero no sabe que, o tal vez sí, pero no se atreve, o simplemente no le sale la voz.
El ahora le extiende un sobre que ella revisa, lo que ve la hace llorar en silencio. Ahora ella le da un sobre a él, ¿Está todo? Sí, bueno, despídete. Se va. Perla vuelve a sus palomas, pero ahora más tranquila. Puede sonreír si quiere.

Prometeo y Julio Payaso

Prometeo y Julio Payaso
Prometeo: No me quiero mojar
Julio: No seas payaso
Prometeo: El payaso eres tú.
Julio: Yo quería uno de vaquero, pero mi mamá dijo que este iba con mi apellido.
Prometeo: Pues sí, oye, no, mira, está todo viejo, cruje bien feo, yo no voy a cruzar por aquí.
Julio: No pasa nada, mira, ya ves, si aguanta. A demás, no creo que quieras pasar nadando.
Prometeo: Pues no, pero.
Julio: Ándale, ya, vente. Tú vas primero.
Prometeo: Ha, y ¿Por qué yo?
Julio: Porque tú eres bien valiente.
Prometeo: ¿Yo?
Julio: No me contaste que Prometeo era un héroe y no sé qué.
Prometeo: Bueno, va. Pero despacito.
Julio: Órale pues.
Prometeo: No manches, cruje todo, y luego mira el río.
Julio: Apúrale que ya se soltó el agua.
Prometeo: Haaaa…
Julio: Agárrate bien guey.
Prometeo: Te dije que está madre estaba toda podrida.
Julio: Pues fíjate donde pisas.
Prometeo: Ayúdame.
Julio: Perate, esta madre se está moviendo re feo.
Prometeo: No manches me salpicaste todo.
Julio: Pues me marie bien cabrón. A ver dame la mano… a las tres corremos, ¿listo?
Prometeo: Va.
Prometeo y Julio: Uno… dos… Tres.
Prometeo: Haaaa… cayó bien cerquita.
Julio: ¡Mamá!
Prometeo: Ora, tú ¿Qué traes?
Julio: ¡Mamá!
Prometeo: No manches, fue solo un rayo.
Julio: ¡Mamá!
Prometeo: Ya, apúrale, que se me está cayendo toda la pintura.
Julio: No me dejes.
Prometeo: Pues apúrale.
Julio: Voy.
Prometeo: Cuidado con la…
Julio: ¡Mamá!
Prometeo: Tabla.
Julio: Ayúdame.
Prometeo: No manches, agárrate bien.
Julio: Me estoy resbalando.
Prometeo: No te muevas tanto.
Julio: ¡Mamá!
Prometeo: Dame la mano.
Julio: No puedo.
Prometeo: Que no te muevas.
Julio: ¿Entonces como te doy la mano?
Prometeo: Nomas estírala.
Julio: ¡Mamá!
Prometeo: Aguanta, voy por algo.
Julio: No me dejes.
Prometeo: Bueno pues, a ver, deja te jalo, no manches, estas bien pesado.
Julio: Jálale.
Prometeo: Pues ayúdame.
Julio: ¡Mamá!
Prometeo: Ya, no seas chillón… Ya está.
Julio: …
Prometeo: ¿Y ahora porque chillas?, ya te salve.
Julio: es que me van a pegar.

Margeli y Javier

Margeli y Javier

Margeli: ¿Las quieres o no?
Javier: Ho, pues claro que sí.
Margeli: Entonces, entras y me lo traes.
Javier: Pero está canijo.
Margeli: Vuelve hasta las seis, no te preocupes.
Javier: Pero púes es el séptimo piso, que no ha visto pa abajo, se ve re feo.
Margeli: Mi vida… ¿le tienes miedo a las alturas?
Javier: Nombre, ¿Cómo cree?
Margeli: ¿Entonces?
Javier: Pues es que… ando todo moquiento, y luego con el aigronazo que hace allá arriba.
Margeli: ¿Cuál aigronazo ni que nada, mira pinche malabarista de quinta, si quieres que te compre las pinches pelotitas, te metes por esa venta y me vale madre que sea el séptimo piso de este pinche edificio rascuache o el último piso de la chingada estatua de la libertad. Y si no lo haces, te agarro de las bolas y te lanzo de la azotea, para que se te quite el miedo a las alturas. ¿Cómo la ves?
Javier: No, pues sí. Nomas una cosita,
Margeli: ¿Qué?
Javier: La estatua de la libertad no tiene pisos.
Margeli: Me vale madres. Órale, comiénzale a treparte.
Javier: Pero nomas écheme aguas con el guacho de la esquina, porque ya me trae juido.
Margeli: sí, sí, yo te lo entretengo si aparece.
Javier: Oiga y ¿pa qué me dijo que quería el perfume ese del pelos de elote?
Margeli: ¿Cuál pelos de elotes? Emanuel, pendejo, se llama Emanuel.
Javier: Ese mero, pero, pues ¿pa que pues?
Margeli: eso no te importa. Y pobre de ti que abras la boca, sí se llega a enterar, mira que te arranco las manos con una lata de cerveza y hago que te las tragues con tenedor y cuchillo.
Javier: Nombre, no se preocupe, y, miré… ¡A la madre!... pa que chingados volteabas, pinche Javi, si íbamos re bien.
Margeli: Voltéate pa arriba animal.
Javier: Pues eso trato… voltéate javicito, voltéate despacito, tú puedes, no quieres acabar como pero en avenida…
Margeli: No te vayas a caer, que nos carga la…

El negocio

El negocio

Andante: ¿Cuánto pides por la capa?
Equis: Pues… ¿Cuánto será bueno?... unos cinco mil.
Andante: Híjole, traigo tres quinientos.
Equis: Lo que pasa es que me la dio mi apá cuando estaba muy chico, a demás está firmada… no se…
Andante: Pero cinco mil baros es mucho, aparte ni los traigo.
Equis: Si quieres te la guardo unos días, en lo que juntas la feria.
Andante: Híjole, pero es que…
Equis: Mira, la neta es que no la quisiera vender, pero pues necesito la feria. Neta que sí te espero unos días.
Andante: Pues si la quiero, es lo único que me falta para completar el atuendo del santo.
Equis: pues hay esta.
Andante: El pedo es que no se si pueda juntar el baro en estos días, ¿Qué tal si te doy este baro ahorita y luego te doy el resto?
Equis: ¿Pero cuándo?, yo necesito la feria lo más pronto posible.
Andante: Dame un mes.
Equis: No manches, un mes es un chingo.
Andante: Ándale, no seas ojeis, es para abrir el museo.
Equis: A chinga, ¿Cuál museo?
Andante: Es que estoy juntando objetos de lucha libre para abrir un museo y pues la capa se va a ver bien chida…
Equis: Dame cuatro quinientos.
Andante: Cuatro.
Equis: Vas, pero te la doy hasta que me pagues, y nomas porque es pal museo.
Andante: Ya estas.
Equis: ya estas.